de formación superior y de postgrado
de experiencia en el mundo profesional
en la máxima categoría de karting nacional e internacional
La competitividad es una parte intrínseca de mí. Hay que saber perder, pero eso no quiere decir que me guste. Lo acepto, aprendo y me reto a ser mejor la siguiente vez. Y cuando gano, agacho la cabeza, lo disfruto brevemente y planeo el siguiente ataque. Porque si te paras a disfrutarlo, ya te están ganando.
He competido a un nivel alto en fútbol y atletismo durante mi etapa escolar, pero no me interesaba mucho. El mundo del motor ha sido siempre mi pasión, y lo he focalizado en el karting:
El karting es un deporte muy físico, y tremendamente mental. La preparación psicológica es vital: dado que 3 décimas en una vuelta a un circuito de 1 minuto significan 10 o 15 puestos, la concentración es crítica.
La fortaleza mental es otro factor determinante, hay que saber aceptar que no siempre se puede ser primero porque el chasis no es ganador, por el motor, por la carburación, porque tienes menos medios… y también porque los pilotos a veces rendimos peor, cometemos fallos…
El karting es un deporte muy duro. Exige mucho sacrificio (mental, físico, de tiempo, recursos) para una recompensa efímera. ¿Te suena, emprendedor? A mí me ha ayudado a crecer como profesional y como persona.